sábado, 11 de diciembre de 2010

El columpio

Hace unos días fui a un bautizo, ahí encontré un columpio de madera (similar al de la foto), idéntico al que yo tenía de pequeña, sobra decir que los recuerdos de infancia salieron a flote y mi mente se transportó a aquellos días.

Lamento que la foto sea mala pero fue la única foto
con el columpio similar al de mi infancia.
El maravilloso viaje en el tiempo que yo realizaba se vio mermado por la pregunta "¿Y con quién te columpiabas si eres hija única?", el bombardeo de preguntas continuó "Es verdad, ¿con quién jugabas de niña? ¿sola?" No puedo negar que este interrogatorio, sacó unas lagrimillas hipócritas y digo hipócritas porque tuve una infancia muy feliz, sólo que al preguntar así, dibujaron un panorama muy triste.

Desde entonces analicé mi entorno y puedo decir, sin temor a equivocarme, que el 100% de la gente que conozco tienen hermanos. Por eso, me convierto en un bicho raro, que no tuvo un cómplice en la infancia.

Ahora bien, si mis desventajas de pequeña fueron, no tener un playmate tiempo completo, no tener a quien echarle la culpa de mis travesuras y desconocer ese sentimiento de unión por sangre, existen muchas otras ventajas  que muchos de ustedes no disfrutaron.

¿Cómo cuáles? Para empezar yo siempre estrené. Así es, mueran de envidia, sobre todo si no son los hijos mayores, todos mis trapitos fueron nuevos y sólo yo los usé. Toda la atención siempre fue mía, a mí me regalaban los juguetes que yo quería y no tenía que compartirlos con nadie. Jamás salí a la calle con una "gemelita" vestida igual a mí. No sufría por pleitos non stop. No había discusión sobre quien era Robin Hood y quién El Pequeño Juan (obvio yo siempre era la estrella). Y mejor aún, de puberta no tenía que llevar chaperón a ningún lado. La palabras "porque no le aprendes a tu hermano" jamás estuvieron dentro de los sermones de mis papás. Y sí, nunca quise tener hermanitos que me quitaran el trono.

"¿Pero cómo? si la complicidad entre hermanos es lo mejor del mundo" Ok, tal vez no en la misma medida, pero todas las ventajas de hermanos tuvieron sustitución para mí, ¿mi cómplice en travesuras? mi mamá, ¿con quién jugaba de pequeña? con primos, vecinos, abuelos, tíos, y para los que lo conocen sí, mi papá jugaba con barbies.

Ahora de grande, analizo un poco más ese vínculo que existe entre hermanos, ¿porqué? por que si bien siempre he sido una persona social y tengo amig@s invaluables (mis hermanos por elección), aún existe la posibilidad de que alguno me fallé y no vuelva a hablarle. Un hermano, por lo que entiendo, puede fallarte las veces que sean y jamás será borrado de tu lista. Ese sentimiento, yo jamás lo conoceré. Eso es lo único que envidio, aunque también confieso que no me hace falta algo que nunca tuve. Por lo demás, ser hija única es ser una reina sin temor a que la destronen y lo mejor de todo: no tengo que compartir la herencia!!! jajajajajajaja ;)