Definitivamente la presión social para una mujer es mucho mayor que la presión que recibe un hombre. Sin embrago; sí creo que somos nosotras mismas quienes la ejercemos con las demás. Siempre he intentado dejar a un lado todos éstos paradigmas que opacan un poco a la mujer, ya saben intento ser "la mujer moderna" o en otras palabras "la cabrona a la que le vale madre lo que piensan", pero no puedo negar que ciertos factores se sienten como un gancho al hígado.
Y es que, si lo analizamos detenidamente, la mujer es presionada desde pequeña. Comienza gracias al señor Walt Disney, quien nos enseñó que la felicidad nos llegará acompañada del príncipe azul, sin él, todo es tristeza y mala vibra. Desde entonces, comienza la incansable lucha por conseguir un hombre, en muchos casos sin importar lo que se tenga que hacer o aguantar, ya que, queremos "ser felices".
A este tema le sigue el tema "matrimonio", llega cierta edad en una mujer, en la que la presión social por tener boda es exagerada y cualquier comentario en relación a una futura boda es tomado como símbolo de desesperación, aunque en muchos casos, lo es. El punto crítico llega cuando todos, o mejor dicho, todas a tu al rededor comienzan a casarse o planear boda, porque aceptémoslo, el novio sólo es un accesorio en ese día. Ahí es cuando por muy liberal y moderna que te sientas, la presión se hace notar en todo su esplendor.
Y el tema boda/pareja no es el único, ¿qué me dicen de la presión por ser delgada? La verdad no conozco a una sola mujer que no este en dieta permanente, que utilice remedios milagrosos para bajar de peso y/o se someta a tratamientos extraños e incluso nocivos para tener la figura "ideal". Y es que los prototipos de belleza que se imponen, son de lo más artificiales y no es que este a favor de la gordura o que yo quede fuera de las mujeres en permanente dieta, sino que, no ubicamos que las guapuras que salen en los medios: 1.Se dedican a eso! y por lo mismo, la mayor parte de su tiempo lo destinan a verse bien, 2.Photoshop existe! y 3. Los hombres no son tan exigentes con la figura femenina como lo somos nosotras mismas.
Adicional, cargamos con tabúes tan de los 50´s como no reconocer nuestra propia sexualidad, si nos alteramos o reclamamos algo seguro es por que estamos en "nuestros días", si discutimos es porque queremos "igualdad" (ese tema merece otro post) y caemos en radicalismos como las mujeres sumisas que aguantan todo o las feministas que culpan al hombre de todos los males.
Por si fuera poco, a alguna chica extraordinaria, se le ocurrió que las mujeres debíamos ser exitosas en el plano laboral, lo cual me encanta, pero se les olvidó quitar la responsabilidad de ser ama de casa! Por que ahora no sólo las mujeres trabajamos, si no que no hemos dejado de ser las encargadas del hogar. (Una que otra contamos con un Mr. Hyde buena onda que colabora).
Súmenle, la eterna lucha contra la gravedad (por aquello que todo se cae) y la interminable guerra antiedad (todo por servir se acaba).
Ya sé que esto, parece una interminable lista de quejas femeninas, y no, no estoy en "mis días", es sólo que todos estos conceptos a los que nos enfrentamos las mujeres, son generados y alentados por nosotras mismas. Somos las mismas mujeres quienes nos saboteamos y nos planteamos metas enfermizas con tal de alcanzar la perfección. Por ello llegué a la siguiente conclusión: Basta de presiones, dejaré a un lado "el deber ser" y me dedicaré a "ser". Porque claro, en un futuro se avecina la mayor presión social de todas: ser buena madre. Así que, de una vez por todas, adiós a todas las presiones. Aunque confieso que la eterna dieta me perseguirá hasta el fin de los siglos! jajajaja