sábado, 11 de diciembre de 2010

El columpio

Hace unos días fui a un bautizo, ahí encontré un columpio de madera (similar al de la foto), idéntico al que yo tenía de pequeña, sobra decir que los recuerdos de infancia salieron a flote y mi mente se transportó a aquellos días.

Lamento que la foto sea mala pero fue la única foto
con el columpio similar al de mi infancia.
El maravilloso viaje en el tiempo que yo realizaba se vio mermado por la pregunta "¿Y con quién te columpiabas si eres hija única?", el bombardeo de preguntas continuó "Es verdad, ¿con quién jugabas de niña? ¿sola?" No puedo negar que este interrogatorio, sacó unas lagrimillas hipócritas y digo hipócritas porque tuve una infancia muy feliz, sólo que al preguntar así, dibujaron un panorama muy triste.

Desde entonces analicé mi entorno y puedo decir, sin temor a equivocarme, que el 100% de la gente que conozco tienen hermanos. Por eso, me convierto en un bicho raro, que no tuvo un cómplice en la infancia.

Ahora bien, si mis desventajas de pequeña fueron, no tener un playmate tiempo completo, no tener a quien echarle la culpa de mis travesuras y desconocer ese sentimiento de unión por sangre, existen muchas otras ventajas  que muchos de ustedes no disfrutaron.

¿Cómo cuáles? Para empezar yo siempre estrené. Así es, mueran de envidia, sobre todo si no son los hijos mayores, todos mis trapitos fueron nuevos y sólo yo los usé. Toda la atención siempre fue mía, a mí me regalaban los juguetes que yo quería y no tenía que compartirlos con nadie. Jamás salí a la calle con una "gemelita" vestida igual a mí. No sufría por pleitos non stop. No había discusión sobre quien era Robin Hood y quién El Pequeño Juan (obvio yo siempre era la estrella). Y mejor aún, de puberta no tenía que llevar chaperón a ningún lado. La palabras "porque no le aprendes a tu hermano" jamás estuvieron dentro de los sermones de mis papás. Y sí, nunca quise tener hermanitos que me quitaran el trono.

"¿Pero cómo? si la complicidad entre hermanos es lo mejor del mundo" Ok, tal vez no en la misma medida, pero todas las ventajas de hermanos tuvieron sustitución para mí, ¿mi cómplice en travesuras? mi mamá, ¿con quién jugaba de pequeña? con primos, vecinos, abuelos, tíos, y para los que lo conocen sí, mi papá jugaba con barbies.

Ahora de grande, analizo un poco más ese vínculo que existe entre hermanos, ¿porqué? por que si bien siempre he sido una persona social y tengo amig@s invaluables (mis hermanos por elección), aún existe la posibilidad de que alguno me fallé y no vuelva a hablarle. Un hermano, por lo que entiendo, puede fallarte las veces que sean y jamás será borrado de tu lista. Ese sentimiento, yo jamás lo conoceré. Eso es lo único que envidio, aunque también confieso que no me hace falta algo que nunca tuve. Por lo demás, ser hija única es ser una reina sin temor a que la destronen y lo mejor de todo: no tengo que compartir la herencia!!! jajajajajajaja ;)

martes, 9 de noviembre de 2010

No soy uno, soy dos

Al parecer, muchos creen que por no haber asistido a una boda y no haberse puesto una buena briaga en honor a mi relación, ésta es un simple "noviazgo". Son pocos los que entienden el nivel de compromiso y "fusión", por llamarla de alguna manera, que existen entre mi pareja y yo.

A lo largo de este año, mi buzón de quejas ha sido llenado, en su mayoría por viejos amigos, todo indica que he sido una "mala amiga". Reclamos como "ya no te vemos sola" o "ya no sales a la peda como antes" son los que más se repiten.

Al principio, lo reconozco, me angustiaba, ya que soy del tipo de persona que con todo mundo quiere quedar bien, y más tratándose de gente que ha estado ahí por muchos años. Lo que he intentado, al parecer de forma fallida, es explicar esta nueva etapa en mi vida. Ahora no soy una, soy dos, en todos y cada uno de los sentidos.

Estoy en el comienzo de una nueva familia, en donde él es mi prioridad número uno, por encima de todos y lo lamento por aquellos que se sentirán desplazados. Pero ésta es una realidad que pocos amigos han entendido. Y sí, ahora la que escribe al buzón de quejas soy yo.

En los últimos días he hecho un recuento de mis amistades y quitando a las que ya están casadas, son pocos los que me han apoyado en esta nueva etapa. Mi grupo de amigos se ha divido en 2 nuevos grupos:

* El primero, es el que no tiene mucho problema al respecto. Sólo añora aquellos tiempos en los que yo no era 2 si no 1. Pero acepta, sin más remedio, esta nueva etapa. La reacción de este grupo ante mi situación es simplemente omitirme de la agenda  nocturna, ya que dejé de ser la "wedding partner", mi presupuesto ya no esta destinado a la peda, y mis horarios son mucho más complicados que antes.

* El segundo grupo son los aferrados, aquellos que pretenden mantengamos el mismo tipo de relación. Es decir, que me olvide por unas horas que ahora formo parte de una nueva familia. Y no estoy negada a brindarles ese tiempo, tampoco es que sea extrema en cuanto a no separarme de mi pareja, no vivo pegada a él ni mucho menos. Lo molesto en cuanto a este grupo, es la exigencia constante y la forma de pedir esos tiempos.

Para que entiendan un poco mi situación, y este asunto de soy 2 no 1, quisiera detallar mi relación. Viviendo en pareja los compromisos se duplican, no sólo son mis amigos los que cuentan (y que son diferentes grupos), son los de él también. El plan, no sólo tiene que encantarme a mí, si no a él también. No sólo es a mi familia a la que hay que visitar, si no a la de él también. No sólo son mis cosas las que hay que hacer, si no las de él también. A eso súmale el tiempo que queremos pasar solos. Y aunque suene redundante, la vida en pareja es eso: COMPARTIR LA VIDA.

Los compromisos se multiplican y el tiempo se reduce. Si a eso le suman que mi Mr. Hyde es medio antisocial, pues estamos fritos. Así que, para los que se pongan el saco, si no pueden comprender esta nueva etapa, guarden el mejor recuerdo de mí, porque les garantizo que esto es para siempre.

miércoles, 27 de octubre de 2010

CRISIS BRUTAL

Esta semana, después de muchas pláticas, llegué a una conclusión: todos aquellos que nos encontramos en el rank de edad entre 25 - 30, estamos en una crisis existencial. Y es que, no sé si es el temor a acercarnos a los 30´s, o simplemente son las ganas desesperadas de sobresalir.

El ser humano actualmente se rige por metas alcanzadas, como si éstas fueran una lista de súper:

*carrera- check
*maestría - check
*viajes al extranjero - check
*trabajo soñado - check
*coche propio- check
*departamento - check
*marido - check
*familia - missed
*ahorro - missed

Y mil cosas más que se atraviesan en el camino, la realidad es que no importa que tantas de éstas se hayan cumplido, cada quien vive una crisis existencial por lo que le hace falta cumplir o por lo que cree pudo haber alcanzado.

Lo que es un hecho, es que nadie esta agusto al 100% y para ejemplo yo misma, terminé una carrera, una maestría, he trabajado en donde he querido, he ganado poco, he ganado mucho, vivo con el hombre de mi vida, tengo una hermosa perra y mi futuro lo veo pometedor. ¿Hasta ahí suena bien no? ¡Pues no! He tenido crisis que involucran querer estudiar otra carrera, he pasado desde psicología, diseño de interiores, diseño de imagen, wedding planner, incluso gastronomía. He querido poner un negocio, sólo que nunca se me ocurrió uno bueno, quiero "salirme del sistema" y viajar por el mundo haciendo "chambitas", quiero irme a vivir a otro país, intenté ser ama de casa (rotundo fracaso). Quiero aprender, francés, italiano y alemán. Quiero escribir un libro. Y sí, a veces pienso en dónde estaría hoy si hace años hubiera aceptado una oferta de trabajo en radio.

Creo que la crisis existencial a estas alturas de la vida es normal, ya que ahora es cuando empiezas a trazar caminos no marcados. Es decir, antes de los 25 todo, o casi todo, lo que hacías estaba ya definido: tienes que ir a la escuela, acabar la primaria, secudaria, prepa (es ahí tu primer "gran decisión, ¿en qué área estudiarás?), después universidad, eliges carrera (algunos no se deciden a la primera), presentas tesis, haces maestría o buscas especialidad (sólo si eres muy ñoño). ¿Y después??? Así es, tienes que trabajar, pero ¿y luego?

Es entonces cuando entramos en crisis, llevo trabajando casi 4 años de mi vida y es hasta ahora cuando le encuentro sentido. Es hasta ahora cuando busco tener un plan, sólo que aún no lo defino. Pensé que estaba sola ante esta crisis de identidad, pero me doy cuenta que es común denominador entre gente de mi edad. Por lo cual, me quedo más tranquila y tal vez vuelva a escribir sobre el tema cuando llegue a mi crisis de los 50´s en donde mi tema de conversación sea si me hago o no cirugía plástica y tal vez haga una recapitulación de si logré poner más checks a esta lista.

Hasta los 50´s pues!

jueves, 14 de octubre de 2010

No se crea ni se destruye, sólo se transforma...

Ya es tradición que por estas fechas mi quincena se evapora y tengo la pésima costumbre de angustiarme cuando me quedo sin dinero, sufro, lloro, me enojo por "x" o  "y" compra, me vuelvo extremista y me imagino nuevas formas de generar dinero (y por "generar" me refiero a ingeniármelas para pedirle dinero a mis papás). Las últimas veces he pensado que necesito un nuevo trabajo o que debería pedir un aumento. Me invade el pensamiento de ser pobre y que las cosas no cambiarán y empiezo a enlistar mentalmente todo lo que "me hace falta" ( y por "me hace falta" me refiero a esos zapatos que vi, o la película que quiero ver, o estupideces por el estilo).

Después de la agonía y el estrés por sobrevivir casi una semana con unos cuantos pesos en el bolsillo, viene el gran alivio de saber que la nueva quincena esta cerca. La pregunta principal es: ¿Cuánto me durará esta quincena?

Con el paso del tiempo me di cuenta de lo siguiente: No importa el sueldo que tenga (he tenido de todo tipo), no importan los gastos fijos, no importan los "imprevistos", invariablemente me quedo sin dinero al final de la quincena!!!!!! Y es que no tengo la cultura del ahorro, entonces no importa si cobro un sueldazo o un sueldo moderado, la sensación de angustia siempre llega a mí en estos días.

La primer solución a mi problema: relajarme, no gano nada llenándome de estrés, pero de verdad me gustaría implementar algún plan de ahorro, he intentado de todo, pero siempre termino echando mano de mis ahorros. Afortunadamente o no, tengo muy apegada la idea de disfrutar las cosas mientras estoy viva. Si, ya sé que suena a libro de autoayuda, pero creo que fue por leer tantos que de verdad tengo presente que tal vez me muera mañana. Ahora bien, esta es sólo una probabilidad, de la cual me encargo muy bien y tal vez hasta caiga en lo hedonista; sin embargo, existe la posibilidad de que me muera en 100 años (ok, no tantos) y yo, por vivir el presente no planeé un futuro económico.

Más allá del Afore, el cual sé que pago, pero desconozco en qué banco estoy (esta bien, será mi próxima investigación), no tengo un plan económico a futuro. Mi próxima quincena ya esta comprometida a ciertas cosas que planeé hace unos días y lo que reste es para "disfrutar el momento". Sé que mi forma de pensar no encaja mucho con el sistema actual, en donde todo se trata de ahorrar.

Creo que mi idea de que el dinero es como la energía ( no se crea, ni se destruye, sólo se transforma, en zapatos, ropa, películas, etc.) no me ayuda a elaborar un gran plan. Hasta ahora no ha existido el banco que logre hacerme ahorrar. Me pregunto si existirán cursos de administración personal o de finanzas aterrizadas para los mortales o ya de plano tips para ahorrar. Si tú sabes algunos por favor dímelos!

Aún así, si nada de eso existiera, siempre hay una gran salvación: La siguiente quincena!! Y en mi caso, como en el de muchas (os), la quincena de mi pareja!! jajajaja Quien también esta destinado a ser pobre eternamente mientras viva conmigo.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Dr. Jekyll & Mr. Hyde

La verdad considero que mi vida en pareja es, literalmente, bastante pareja, ambos trabajamos, ambos somos ordenados (él más ahuevo que de gana, pero es ordenado), ambos cocinamos (ninguno muy bien, ni nada complicado), ambos cuidamos a greta, ambos vamos al súper, ambos lavamos ropa, ambos hacemos de todo.

Pero las cosas se transforman cuando hay que hacer alguna reparación casera, por mínima que esta sea Dr. Jekyll sale de escena y deja en total dominio a Mr. Hyde. No importa si es colocar una repisa, instalar algún cable, armar algún mueble o hacer conexiones de aparatos. Cualquiera que sea la labor, Mr. Hyde siempre esta presente.

Con el paso del tiempo, he descubierto que para él, es todo un ritual en el que, cual cavernícola, demuestra sus habilidades físicas y racionales. A veces, esta segunda se ve completamente anulada por la frustación de una instalación que no queda.

Como mujer eres simple expectadora, a veces ayudante y por supuesto blanco de ataques y culpable de casi todo lo que sale mal. Tras varias insatalaciones y algunos pleitos después tengo una breve guía para toda aquella mujer que convive con un Mr. Hyde:

*Regla número uno y más importante: Jamás, pero en serio jamás, sugieran que lea el instructivo. Leer ese pequeño libro que te explica con santo y seña como debes hacer las cosas, en donde van y para que funcionan "es cosa de niñas".

*No pierdas de vista las herramientas o artículos de instalación que está utilizando, sobre todo presta especial atención a aquellos que son pequeños, como clavos y tornillos. Mr. Hyde suele ser peculiarmente agresivo si no encuentra alguno de estos escenciales utencilios.

*Aprende a distinguir las herramientas por su nombre: Como enfermera con doctor, es una operación difícil y no querrás "arruinar o retrasar" la operación al equivocarte de herramienta y mucho menos esperes que te expliquen cual es y/o para que sirve. Así que, de hoy en adelante incluye: broca, taladro, desarmador, taquete, nivelador, clavos y tornillos en tu vocabulario.

*Nunca, pase lo que pase, nunca sugieras contratar a un especialista, eso también "es cosa de niñas".

*Por último, pero igual de importante, no se te ocurra preguntar  "¿porqué sobraron estas piezas?", recuerda la empresa de fabricación siempre pone piezas de más "por si las necesitas".

Con esto no esperes que Dr. Jekyll aparezca, ya que estos tips sólo son para mantener calmado a Mr. Hyde. Si aún con todo esto, el mueble queda chueco, las conexiones no salieron, o la instalación no quedó, sólo hay una solcuión: HUYE!





viernes, 10 de septiembre de 2010

EL BAÑO DE MUJERES

Varios amigos me han cuestionado el porque las mujeres siempre vamos acompañadas al baño. Aqui les enlisto 10 motivos, de muchos más, por los cuales debemos ir acompañadas.

* Hablar de ustedes: sí, la mayor parte del tiempo es para chismosear sobre hombres, obviamente sin que se den cuenta.
*Hablar mal de otras mujeres: Es el placer culposo de toda mujer.
*Chismosear: Contar algún chisme "importante" pero que no todos se pueden enterar. Además en el baño la música es menor por lo que hablar se vuelve más fácil.
*Arreglarnos: Conforme pasa la noche, algunas mujeres se van deformando, ninguna mujer dura bella toda la noche! Algunas deben ir a retocarse el maquillaje y revisar que el peinado siga en perfecto estado. Y digo "algunas" por que obviamente no es mi caso jaja.
*Para besarnos entre nosotras: NOT! Pero confiesen, muchos de ustedes esperaban este comentario!
*Para hablar por telefono: así es, repito en el baño hay menos ruido.
* Para descansar: por si muchos no lo saben, cada vez hay más lugares en los cuales el baño de mujeres es un altar, es un espacio acondicinado para relajarse, hay sillones como si fueran sala de casa, miles de espejos y ah! claro! los sanitarios.
*Para limpiarse: Sí, seguramente alguien derramó el chupe en tu atuendo y este no puede ser estropeado. Obviamente se requiere de ayudantes que hagan compañía, que nos digan que la mancha "no se ve" y que lucimos igual de "fantásticas" que cuando llegamos.
*Para vomitar: Se necesitan acompañantes para esta labor, aquellas que impedirán que la ropa se ensucié o el cabello se despeine. Además de ser las mismas que te sostendrán para evitar que caigas al piso.
*Para hacer del baño: Y creo que es gracias a la tardanza de algunas mujeres para hacer esta labor, que los baños de mujeres se convirtieron en todo lo demás, las filas de espera son peor que las filas de súper.

lunes, 6 de septiembre de 2010

LA CRUDA REALIDAD

Aye fui a ver El Infierno y como muchas de las veces en las que yo no elijo la película, decidí no generarme ningún prejuicio sobre ella. No leí sinopsis, no investigué quien actuaba, no revisé ninguna información que pudiera comprometer mi expectación sobre la misma.

La película se trata del narcotráfico (no se asusten no voy a contar más), y como se imaginarán la violencia es la característica principal de la película. Si bien creo que las escenas de violencia son fuertes y no aptas para todo público, considero que el espectro de violencia utilizado por este "sector" es mucho más amplio y que la película representa tan sólo, la punta del iceberg.

De sobra esta decir que en El Infierno se representa un México mísero, sin opción y destinado a vivir en la pobreza. Un México en donde la autoridad la ejerce el maleante más poderoso, un México sin esperanza. Todo esto en un tono cómico, a mi parecer, poco logrado. La ironía es la estructura principal y la burla hacia el gobierno es el protagonista.

El Infierno es una película que representa la triste realidad del México en el que vivimos, pero no por la sangre derramada en la pantalla, ni por la cantidad de balazos de utilería, ni por la crueldad de la violencia actuada. A mi me representó la cruda realidad en la audiencia. Me entristeció presenciar risas en escenas de muerte, carcajadas en escenas de tortura. ¿De verdad estamos ya tan acostumbrados a ver este tipo de cuadros que hemos perdido la sensibilidad ante ello? ¿Reirnos es lo mejor que podemos hacer ante la situación en la que vivimos?

Salí con estrés, paranoica, asombrada y decepcionada por la reacción tan "peculiar" de la gente. Al parecer el humor del mexicano es tan grande que nos reímos del mismo infierno. Y si esto es ahorita, ¿cómo vamos a terminar? ¿Nos reiremos cuando nos den la noticia de algún familiar secuestrado? ¿El sonido de nuestras caracajas opacarán la de los plomazos?

En lo personal, prefiero aferrarme a ese sentido de asombro e indiganción ante nuestra situación, mismo que cada vez se desvanece más en esta sociedad.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL RECREO

Hace casi un año, decidí vivir con el hombre de mis sueños... hace casi un año experimento la aventura más grande de mi vida.

La sensación de vivir con el ser que amas es fácil de describir: recuerdas cuando eras niño? cuánto disfrutabas el recreo? todo lo que te divertías en él? Así se siente. Vives constantemente en el recreo.

Pero no todo es rosa, mágico y divertido. Este recreo en particular tiene un lado oscuro del cual nadie te advierte.

Crees que la emoción por eligir departamento, decorarlo, estrenar cosas y comprar aparatos durará la vida entera? En algunos casos, como el mío (soy compradora compulsiva) se extiende un poco más. Pero después que el humo de la emoción se disipa, queda la realidad y no me mal interpreten, no es que sea malo, sólo que ajustarse es complicado.

De chiquita imaginaba que para vivir con alguien bastaba amarlo y compartir ciertos gustos para sobrellevarla, pero oh! decepción. Resulta que a la hora de la realidad no sólo tiene que gustarte el queso, tiene que gustarte el mismo tipo, prepararlo de la misma forma, es más, en algunos casos debe ser la misma marca. Si ya reuniste todos estos elementos y crees que ya la hiciste, te equivocas! te falta lo más importante: se te debe antojar en el mismo momento.

Esa complejidad en la sincronización de tiempos y gustos no sólo ocurre en la comida, sino en todo! A qué hora ver la tele, en qué parte de la casa verla, qué ver en la tele, a qué volumen, cuánto tiempo verla. Lo mismo pasa cuando llega la hora de dormir, despertar, bañarse (este tema es el más complicado en mi casa, él adora el agua caliente, yo la fría), ir al baño, salir, todo.

La invasión de espacios no termina ahi, imagina ser una mujer independiete, vanidosa y sí, materialista. Imagina tener el clóset soñado, en tamaño y forma. Ya? Ahora imagina compartirlo, ver tu "altar" invadido de camisas y pantalones. Quitar de la casa todas las cosas femeninas que alguna vez existieron para adornar tu entorno y dar paso al futbol! Afortunamente, en mi caso es americano, no soportaría tener banderas pegadas en la pared del Cruz Azul, Chivas o peor aún del América.

No eres libre de eructar, echarte un gas, sacarte un moco o rascarte inapropiadamente sin que el otro lo perciba. Y de igual forma aguantas ruidos, olores y formas extrañas y non gratas. Un mundo te vigila.

Y si eso lo sufro yo, no imagino lo que mi pobre víctima (mi pareja) sufre. Seguro mi obsesión por el orden y limpieza lo vuelve loco. Confieso que tengo actitudes de mamá, no soporto un espacio desordenado o sucio y me estreso si eso sucede. Además soy posesiva con la televisión (trabajo en publicidad y eso lo tomo como pretexto), el pobre tiene que ver Discovery H&H, Grey´s Anatomy y America´s Next Top Model, por mencionar algunos.

Ir al súper, olvídenlo! Una odisea. En noviembre cumplimos un año viviendo en el recreo y aún no tenemos los productos clave de nuestra despensa, es decir cada súper es diferente! Sólo hay un común denominador en todos: cervezas.

Nadie te explica lo complicado que es formar una nueva familia. Es tomar un lienzo en blanco y crear algo completamente nuevo, basado en conceptos que te inculcaron desde pequeño y a los cuales estás apegado. Lo divertido empieza cuando llega ese "alguien" con sus propios conceptos y de ambos deben formar uno nuevo.

Sobra decir que la paciencia es el factor dominante durante el recreo. Y esta interminable lista de "detalles oscuros" continua, hasta dar paso al lado más oscuro y temible: la familia política, pero no quisiera asustarlos... jajaja

PRIMERIZA

Debo confesar que durante ventitantos años de mi vida, la gente me consideraba un ser extraño por dos razones principales: la primera odio los helados, la segunda detestaba a los animales.
Por animales me refiero a todos los tipos, no sólo a los desagradables y detestados por todo el mundo como las ratas y arañas, sino por las tiernas y adoradas mascotas.

Era de esas personas que no soportaban el olor de los perros, odiaba su fría nariz, me volvía loca que alguno me lamiera, me daba asco abrazarlos, tocarlos, no toleraba que el ambiente estuviera lleno de pelos… hasta que Greta apareció en mi vida.

Mi adorada Greta llegó a mí, cuando tenía apenas mes y medio de edad y adaptarnos la una a la otra fue lo complicado. En un mes tuve una clase de sentimientos encontrados, que no sé si le sucedan a todos los primerizos, pero por lo menos yo lloraba de desesperación cuando se portaba mal, me enojaba cuando orinaba mi cuarto o se cagaba en mi sala. Quería regalarla cuando lloraba en las madrugadas y no me dejaba dormir. No hablemos de cuando llegaba a casa y encontraba destrozado algún zapato.

De verdad no entendía porque la gente quería gastar dinero y esfuerzo en un perro, esos animalitos que sólo complicaban la existencia. Hasta que Greta empezó a demostrarme su cariño, me empezó a seguir a todas partes, me espera mientras me baño, arreglo, visto y cocino. Se acuesta conmigo a ver la tele, cuando Andrés la regaña corre a mis brazos, cuando le impide llegar a mí, le ladra. Cuando Greta quiere amor me busca. Y fue entonces cuando mi corazón se derritió y le dio entrada a esta belleza.

Ahora soy yo la que no puede dejar de besarla y abrazarla, le aguanto todo, le regalo zapatos para que muerda (los de Andrés por supuesto), el pelo que tanto odiaba se convirtió en mi mejor almohada, aunque confieso aún me cuesta trabajo soportar sus babas. Me preocupa todo en su comportamiento, ya que todo en ella es nuevo para mi, soy una dueña primeriza que sobreprotege a su hija.

Sé que soy un poco grande para tener mi primer perro y tal vez pasé de negro a blanco en muy poco tiempo, pero confieso que ha sido de las mejores experiencias de vida. No había experimentado esa relación hombre-animal. Ahora vivo con corazón de pollo buscando ayudar a perritos y tratando de darle la mejor de las vidas a Greta.

Los helados aún siguen sin causarme gracia…