miércoles, 15 de septiembre de 2010

Dr. Jekyll & Mr. Hyde

La verdad considero que mi vida en pareja es, literalmente, bastante pareja, ambos trabajamos, ambos somos ordenados (él más ahuevo que de gana, pero es ordenado), ambos cocinamos (ninguno muy bien, ni nada complicado), ambos cuidamos a greta, ambos vamos al súper, ambos lavamos ropa, ambos hacemos de todo.

Pero las cosas se transforman cuando hay que hacer alguna reparación casera, por mínima que esta sea Dr. Jekyll sale de escena y deja en total dominio a Mr. Hyde. No importa si es colocar una repisa, instalar algún cable, armar algún mueble o hacer conexiones de aparatos. Cualquiera que sea la labor, Mr. Hyde siempre esta presente.

Con el paso del tiempo, he descubierto que para él, es todo un ritual en el que, cual cavernícola, demuestra sus habilidades físicas y racionales. A veces, esta segunda se ve completamente anulada por la frustación de una instalación que no queda.

Como mujer eres simple expectadora, a veces ayudante y por supuesto blanco de ataques y culpable de casi todo lo que sale mal. Tras varias insatalaciones y algunos pleitos después tengo una breve guía para toda aquella mujer que convive con un Mr. Hyde:

*Regla número uno y más importante: Jamás, pero en serio jamás, sugieran que lea el instructivo. Leer ese pequeño libro que te explica con santo y seña como debes hacer las cosas, en donde van y para que funcionan "es cosa de niñas".

*No pierdas de vista las herramientas o artículos de instalación que está utilizando, sobre todo presta especial atención a aquellos que son pequeños, como clavos y tornillos. Mr. Hyde suele ser peculiarmente agresivo si no encuentra alguno de estos escenciales utencilios.

*Aprende a distinguir las herramientas por su nombre: Como enfermera con doctor, es una operación difícil y no querrás "arruinar o retrasar" la operación al equivocarte de herramienta y mucho menos esperes que te expliquen cual es y/o para que sirve. Así que, de hoy en adelante incluye: broca, taladro, desarmador, taquete, nivelador, clavos y tornillos en tu vocabulario.

*Nunca, pase lo que pase, nunca sugieras contratar a un especialista, eso también "es cosa de niñas".

*Por último, pero igual de importante, no se te ocurra preguntar  "¿porqué sobraron estas piezas?", recuerda la empresa de fabricación siempre pone piezas de más "por si las necesitas".

Con esto no esperes que Dr. Jekyll aparezca, ya que estos tips sólo son para mantener calmado a Mr. Hyde. Si aún con todo esto, el mueble queda chueco, las conexiones no salieron, o la instalación no quedó, sólo hay una solcuión: HUYE!





viernes, 10 de septiembre de 2010

EL BAÑO DE MUJERES

Varios amigos me han cuestionado el porque las mujeres siempre vamos acompañadas al baño. Aqui les enlisto 10 motivos, de muchos más, por los cuales debemos ir acompañadas.

* Hablar de ustedes: sí, la mayor parte del tiempo es para chismosear sobre hombres, obviamente sin que se den cuenta.
*Hablar mal de otras mujeres: Es el placer culposo de toda mujer.
*Chismosear: Contar algún chisme "importante" pero que no todos se pueden enterar. Además en el baño la música es menor por lo que hablar se vuelve más fácil.
*Arreglarnos: Conforme pasa la noche, algunas mujeres se van deformando, ninguna mujer dura bella toda la noche! Algunas deben ir a retocarse el maquillaje y revisar que el peinado siga en perfecto estado. Y digo "algunas" por que obviamente no es mi caso jaja.
*Para besarnos entre nosotras: NOT! Pero confiesen, muchos de ustedes esperaban este comentario!
*Para hablar por telefono: así es, repito en el baño hay menos ruido.
* Para descansar: por si muchos no lo saben, cada vez hay más lugares en los cuales el baño de mujeres es un altar, es un espacio acondicinado para relajarse, hay sillones como si fueran sala de casa, miles de espejos y ah! claro! los sanitarios.
*Para limpiarse: Sí, seguramente alguien derramó el chupe en tu atuendo y este no puede ser estropeado. Obviamente se requiere de ayudantes que hagan compañía, que nos digan que la mancha "no se ve" y que lucimos igual de "fantásticas" que cuando llegamos.
*Para vomitar: Se necesitan acompañantes para esta labor, aquellas que impedirán que la ropa se ensucié o el cabello se despeine. Además de ser las mismas que te sostendrán para evitar que caigas al piso.
*Para hacer del baño: Y creo que es gracias a la tardanza de algunas mujeres para hacer esta labor, que los baños de mujeres se convirtieron en todo lo demás, las filas de espera son peor que las filas de súper.

lunes, 6 de septiembre de 2010

LA CRUDA REALIDAD

Aye fui a ver El Infierno y como muchas de las veces en las que yo no elijo la película, decidí no generarme ningún prejuicio sobre ella. No leí sinopsis, no investigué quien actuaba, no revisé ninguna información que pudiera comprometer mi expectación sobre la misma.

La película se trata del narcotráfico (no se asusten no voy a contar más), y como se imaginarán la violencia es la característica principal de la película. Si bien creo que las escenas de violencia son fuertes y no aptas para todo público, considero que el espectro de violencia utilizado por este "sector" es mucho más amplio y que la película representa tan sólo, la punta del iceberg.

De sobra esta decir que en El Infierno se representa un México mísero, sin opción y destinado a vivir en la pobreza. Un México en donde la autoridad la ejerce el maleante más poderoso, un México sin esperanza. Todo esto en un tono cómico, a mi parecer, poco logrado. La ironía es la estructura principal y la burla hacia el gobierno es el protagonista.

El Infierno es una película que representa la triste realidad del México en el que vivimos, pero no por la sangre derramada en la pantalla, ni por la cantidad de balazos de utilería, ni por la crueldad de la violencia actuada. A mi me representó la cruda realidad en la audiencia. Me entristeció presenciar risas en escenas de muerte, carcajadas en escenas de tortura. ¿De verdad estamos ya tan acostumbrados a ver este tipo de cuadros que hemos perdido la sensibilidad ante ello? ¿Reirnos es lo mejor que podemos hacer ante la situación en la que vivimos?

Salí con estrés, paranoica, asombrada y decepcionada por la reacción tan "peculiar" de la gente. Al parecer el humor del mexicano es tan grande que nos reímos del mismo infierno. Y si esto es ahorita, ¿cómo vamos a terminar? ¿Nos reiremos cuando nos den la noticia de algún familiar secuestrado? ¿El sonido de nuestras caracajas opacarán la de los plomazos?

En lo personal, prefiero aferrarme a ese sentido de asombro e indiganción ante nuestra situación, mismo que cada vez se desvanece más en esta sociedad.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL RECREO

Hace casi un año, decidí vivir con el hombre de mis sueños... hace casi un año experimento la aventura más grande de mi vida.

La sensación de vivir con el ser que amas es fácil de describir: recuerdas cuando eras niño? cuánto disfrutabas el recreo? todo lo que te divertías en él? Así se siente. Vives constantemente en el recreo.

Pero no todo es rosa, mágico y divertido. Este recreo en particular tiene un lado oscuro del cual nadie te advierte.

Crees que la emoción por eligir departamento, decorarlo, estrenar cosas y comprar aparatos durará la vida entera? En algunos casos, como el mío (soy compradora compulsiva) se extiende un poco más. Pero después que el humo de la emoción se disipa, queda la realidad y no me mal interpreten, no es que sea malo, sólo que ajustarse es complicado.

De chiquita imaginaba que para vivir con alguien bastaba amarlo y compartir ciertos gustos para sobrellevarla, pero oh! decepción. Resulta que a la hora de la realidad no sólo tiene que gustarte el queso, tiene que gustarte el mismo tipo, prepararlo de la misma forma, es más, en algunos casos debe ser la misma marca. Si ya reuniste todos estos elementos y crees que ya la hiciste, te equivocas! te falta lo más importante: se te debe antojar en el mismo momento.

Esa complejidad en la sincronización de tiempos y gustos no sólo ocurre en la comida, sino en todo! A qué hora ver la tele, en qué parte de la casa verla, qué ver en la tele, a qué volumen, cuánto tiempo verla. Lo mismo pasa cuando llega la hora de dormir, despertar, bañarse (este tema es el más complicado en mi casa, él adora el agua caliente, yo la fría), ir al baño, salir, todo.

La invasión de espacios no termina ahi, imagina ser una mujer independiete, vanidosa y sí, materialista. Imagina tener el clóset soñado, en tamaño y forma. Ya? Ahora imagina compartirlo, ver tu "altar" invadido de camisas y pantalones. Quitar de la casa todas las cosas femeninas que alguna vez existieron para adornar tu entorno y dar paso al futbol! Afortunamente, en mi caso es americano, no soportaría tener banderas pegadas en la pared del Cruz Azul, Chivas o peor aún del América.

No eres libre de eructar, echarte un gas, sacarte un moco o rascarte inapropiadamente sin que el otro lo perciba. Y de igual forma aguantas ruidos, olores y formas extrañas y non gratas. Un mundo te vigila.

Y si eso lo sufro yo, no imagino lo que mi pobre víctima (mi pareja) sufre. Seguro mi obsesión por el orden y limpieza lo vuelve loco. Confieso que tengo actitudes de mamá, no soporto un espacio desordenado o sucio y me estreso si eso sucede. Además soy posesiva con la televisión (trabajo en publicidad y eso lo tomo como pretexto), el pobre tiene que ver Discovery H&H, Grey´s Anatomy y America´s Next Top Model, por mencionar algunos.

Ir al súper, olvídenlo! Una odisea. En noviembre cumplimos un año viviendo en el recreo y aún no tenemos los productos clave de nuestra despensa, es decir cada súper es diferente! Sólo hay un común denominador en todos: cervezas.

Nadie te explica lo complicado que es formar una nueva familia. Es tomar un lienzo en blanco y crear algo completamente nuevo, basado en conceptos que te inculcaron desde pequeño y a los cuales estás apegado. Lo divertido empieza cuando llega ese "alguien" con sus propios conceptos y de ambos deben formar uno nuevo.

Sobra decir que la paciencia es el factor dominante durante el recreo. Y esta interminable lista de "detalles oscuros" continua, hasta dar paso al lado más oscuro y temible: la familia política, pero no quisiera asustarlos... jajaja

PRIMERIZA

Debo confesar que durante ventitantos años de mi vida, la gente me consideraba un ser extraño por dos razones principales: la primera odio los helados, la segunda detestaba a los animales.
Por animales me refiero a todos los tipos, no sólo a los desagradables y detestados por todo el mundo como las ratas y arañas, sino por las tiernas y adoradas mascotas.

Era de esas personas que no soportaban el olor de los perros, odiaba su fría nariz, me volvía loca que alguno me lamiera, me daba asco abrazarlos, tocarlos, no toleraba que el ambiente estuviera lleno de pelos… hasta que Greta apareció en mi vida.

Mi adorada Greta llegó a mí, cuando tenía apenas mes y medio de edad y adaptarnos la una a la otra fue lo complicado. En un mes tuve una clase de sentimientos encontrados, que no sé si le sucedan a todos los primerizos, pero por lo menos yo lloraba de desesperación cuando se portaba mal, me enojaba cuando orinaba mi cuarto o se cagaba en mi sala. Quería regalarla cuando lloraba en las madrugadas y no me dejaba dormir. No hablemos de cuando llegaba a casa y encontraba destrozado algún zapato.

De verdad no entendía porque la gente quería gastar dinero y esfuerzo en un perro, esos animalitos que sólo complicaban la existencia. Hasta que Greta empezó a demostrarme su cariño, me empezó a seguir a todas partes, me espera mientras me baño, arreglo, visto y cocino. Se acuesta conmigo a ver la tele, cuando Andrés la regaña corre a mis brazos, cuando le impide llegar a mí, le ladra. Cuando Greta quiere amor me busca. Y fue entonces cuando mi corazón se derritió y le dio entrada a esta belleza.

Ahora soy yo la que no puede dejar de besarla y abrazarla, le aguanto todo, le regalo zapatos para que muerda (los de Andrés por supuesto), el pelo que tanto odiaba se convirtió en mi mejor almohada, aunque confieso aún me cuesta trabajo soportar sus babas. Me preocupa todo en su comportamiento, ya que todo en ella es nuevo para mi, soy una dueña primeriza que sobreprotege a su hija.

Sé que soy un poco grande para tener mi primer perro y tal vez pasé de negro a blanco en muy poco tiempo, pero confieso que ha sido de las mejores experiencias de vida. No había experimentado esa relación hombre-animal. Ahora vivo con corazón de pollo buscando ayudar a perritos y tratando de darle la mejor de las vidas a Greta.

Los helados aún siguen sin causarme gracia…