domingo, 8 de julio de 2012

No eres el tipo de fulanito

Entre chelas y confesiones, salió al tema el día que una amiga me preguntó: “¿crees que fulanito llegue a andar conmigo?”, mi respuesta: “no, no eres su tipo”. Al no recibir la respuesta que ella quería escuchar, insistió: “¿a qué te refieres con que no soy su tipo?, define ‘su tipo` ”; y bien, no pude más que responder con la verdad (con toda la delicadeza y sutileza que me caracteriza): “eres demasiado fea para él, tu carácter no ayuda y simplemente no le gustas”.

De sobra está decir que le rompí el corazón y que todo mundo me regañó por haberle dicho eso. En mi defensa, puedo decir que conozco bastante bien a “fulanito” y que mis palabras sólo reflejaban la verdad.

Y aunque reconozco que fue algo rudo de mi parte, creo que la verdad “cruda” es mejor que la verdad “maquillada”. Desde entonces, analizo el comportamiento entre las mujeres, porque somos especialistas en darnos palmaditas en la espalda cuando lo que necesitamos es un zape en la cabeza.

Cuantas de nosotras no le hemos dicho a una amiga “seguro si le gustas, pero ________ (llénese con el primer pretexto que se le venga a la mente)”, porque sabemos que decir la verdad sería demasiado doloroso. Entonces preferimos seguir alimentando la esperanza de que algún día “fulanito” se enamorará de nosotros.

Creo que esa mala costumbre se debe a la televisión y tanta película romántica. El ejemplo claro: “He´s just not that into you”, aunque el tema es bueno, tengo tres enormes quejas al respecto.

Número uno; quien hace entender a Gigi que su intensidad con los hombres no es buena y los aleja, es un hombre. No hay una sola mujer, que la haga entender que se adelanta a las cosas, que se enamora de hombres que no están enamorados de ella y que simplemente emana desesperación por los poros y esto aleja a cualquier ser humano.

Número dos; finalmente aunque la ayuda a entender que ella es regla y no excepción, ¡termina enamorándose de ella! Really? El fulanito que la hace entender de forma ruda y cruel que las señales son claras, o le gustas a alguien o no, termina por convertirla en su excepción. Again, alimentan la idea de "el que persevera alcanza", que en el plano amoroso, es fatal.

Número tres; no importa que Ben Affleck sea el hombre perfecto, el guapo, fiel y siempre preocupado por su mujer, las cosas no funcionan hasta que le pide matrimonio a Jenifer Aniston. ¿Qué moraleja nos dejan? "Arma pancho hasta tener el anillo en la mano".

Creo que este modus operandi femenino se debe al chip que nos han instalado en el cerebro. Este chip contiene una perspectiva, errónea desde mi punto de vista, en donde el objetivo es el matrimonio, no importa con quien, lo importante es casarse. Por eso no importa que Ben Affleck, sea el hombre perfecto, para Jeniffer Aniston deja de serlo porque no quiere casarse. Y es entonces cuando decide separarse, para “no perder el tiempo”, ¿porqué? Por que lo importante es convertirte en esposa, antes de cierta edad, por eso estar con el hombre que amas y te ama, sin que esto conlleve al matrimonio, es "perder el tiempo".

Si analizáramos las cosas desde otro punto de vista, uno en el cual el objetivo principal sea él (quien quiera que éste sea), no nos aferraríamos a una formalidad. El único objetivo sería vivir felices a su lado. No importa el papel, lo importante sería el compromiso emocional. (OJO: este no es un post anti-matrimonio, es un post que intenta decir, que lo importante del matrimonio, es el compromiso emocional, ese es el verdadero valor y éste se da con o sin matrimonio).

Por mucho esfuerzo que hagamos por "maquillar" las cosas, éste tipo de verdades, siempre salen a relucir, basta que uno termine una relación, para escuchar las verdaderas opiniones de tus amigas hacia tu pareja. Debo confesar que me incluyo en este conjunto, ya que es un poco delicado el decir “es muy poca cosa para ti”, “es un verdadero patán”, “no le importas un carajo” o “te pone el cuerno” (y no me hablen después de leerlo, para preguntarme a cuál de ustedes les ponen el cuerno, jajajaja); cuando todos los esfuerzos emocionales de tu amiga se encuentran posados en él. El único resultado posible de decir esta verdad es, lo más probable, perder su amistad.

Hace unos días hice este pedido: “amiga, quiero que siempre me digas lo que opinas” y la respuesta muy inteligente y aterrizada fue “y si te la digo, ¿me vas a seguir queriendo?”. Yo por mi parte, hice un pacto diabólico con las morras que considero hermanas, y es siempre hablar con la verdad.

Creo que como mujeres, debemos dejar de alentarnos cuando no hay esperanzas, dejar de alimentar ese chip en donde el objetivo es un ideal de película y acercarnos más a la realidad. Siempre hay finales felices, no siempre son como Walt Disney los escribe.
Así que, si algún día creen que no soy “el tipo” de “fulanito”, que no es demasiado bueno para mí, que es un patán, que de plano no le importo un carajo. Por favor, abra una cuenta anónima en Google, y deje sus comentarios aquí abajo. :D

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